Introducción
El Islam, como el último y perfecto mensaje de Dios a la humanidad, tiene como meta establecer a través de sus principios el marco legal y código ético para una sociedad ideal, con un equilibrio entre la protección de los derechos del individuo y los derechos de la sociedad sobre el individuo. Una manera de alcanzar esta meta es ofrecer las herramientas esenciales que les aseguran a los individuos sus derechos plenos sin perjudicar el bien público. Si todos los miembros de la sociedad gozan de su derecho a la paz, la tranquilidad, la libertad y la disponibilidad general de todos los suministros humanos básicos, equilibrados con el bienestar público, tendrán todos la oportunidad de vivir una vida fructífera plena de satisfacción.
Esto fue definido por el Mensajero de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él), cuando dijo: “Todo aquel que se levante (en la mañana) sintiendo que está seguro en su comunidad, libre de enfermedades en su cuerpo, y con suficiente provisión para un día, es como si fuera dueño del mundo entero” ( Registrado por at-Tirmidhi, n° 2346 y verificado como aceptable. )
El Islam formula un sistema único de derechos y obligaciones que provee y conserva los siguientes cinco derechos básicos de la existencia humana:
- La preservación de la fe y la religión.
- La preservación de la vida.
- La preservación de la salud psicofísica.
- La preservación de la dignidad y el honor
- La preservación de la propiedad privada y colectiva.
Todas las sociedades humanas en que podamos pensar han diseñado sus propios sistemas para conservar estos derechos humanos básicos, y aquí destacaremos los aspectos únicos del sistema islámico. Antes de discutir cuáles son los derechos básicos con más detalle, repasaremos algunas observaciones generales acerca del término “equidad”, muchas veces malentendido.
La equidad en el Islam
- Los hombres y las mujeres son creados iguales en su humanidad básica, y todos comparten el linaje y la dignidad de la creación de Dios y el privilegio del ser humano por sobre las otras criaturas de Su creación. La discriminación debido a la raza, el sexo, el color, el linaje, la clase social, la religión o el idioma está totalmente prohibida en el Islam para evitar barreras artificiales entre los privilegiados y los desfavorecidos. Equidad no significa que todos son exactamente iguales pues no se pueden negar las diferencias naturales que hacen a la diversidad. Los sexos se completan y complementan mutuamente. Dios, Alabado sea, dice lo siguiente en el Sagrado Corán: ¡Oh, humanos! Temed a vuestro Señor Quien os ha creado a partir de un solo ser, del que creó a su esposa e hizo descender de ambos muchos hombres y mujeres. Temed a Dios, en Cuyo nombre os reclamáis vuestros derechos, y respetad los lazos de parentesco. Por cierto que Dios os observa (4:1)
- Dijo el Mensajero de ( s ) Dios : “¡Oh Gente! Vuestro Señor es Uno. Vuestro padre es uno: todos provienen de Adán y Adán fue creado de la tierra. Ciertamente, la persona más honorable a la vista de Vuestro Señor Dios, es el más piadoso. No existe superioridad de un árabe por sobre alguien que no lo es. No existe superioridad de alguien que no es árabe por sobre un árabe. No existe superioridad de una persona de raza roja por sobre una persona de raza blanca. De igual manera, no existe superioridad de una persona de raza blanca por sobre una persona de raza roja, excepto en lo que respecta a la piedad y la conciencia de Dios” (Registrado por Ahmad n° 411)
- Toda la humanidad, según el Islam, con todas sus razas, tiene un origen único y el derecho a existir, ¿cómo pueden entonces algunos explotar a otros esgrimiendo argumentos de superioridad o privilegio racial? El Islam no tolera el falso orgullo del linaje y el estatus social. El Mensajero de Dios ( s ) dijo lo siguiente: “Dios ha eliminado el falso orgullo y la arrogancia que eran practicados en el período pre-islámico en el que los individuos se enorgullecían falsamente de sus ancestros. Toda la humanidad proviene de Adán, y Adán fue creado de tierra” (Registrado por Abu Daud n° 5116)
El orgullo en la raza y la clase social es algo muy común en algunas sociedades. Por ejemplo, algunos judíos y cristianos se consideraban superiores en estatus, raza, origen o tipo social. Dios, Alabado sea, ha expuesto la verdad de esta arrogancia, tal como dice en el Sagrado Corán:
Los judíos y los cristianos dicen: Somos los hijos de Dios y Sus amados. Di: ¿Por qué, entonces, os castiga por vuestros pecados? No sois sino como el resto de la humanidad que Él ha creado. Perdona a quien Él quiere y castiga a quien Él quiere. De Dios es el reino de los cielos y la Tierra, y todo lo que existe entre ellos, y ante Él compareceremos (5:18)- Las leyes del Islam erradican en la sociedad toda visión que pueda ser base de racismo. Por ejemplo, uno de los compañeros del Mensajero de Dios ( s ) Abu Dharr, le dijo una vez a un esclavo negro: ‘¡Oh hijo de una mujer negra!’. Al oír esto, el Mensajero de Dios ( s ) miró a Abu Dharr y le dijo: “Insultas a este hombre con su madre? Ciertamente, posees características de la era pagana pre-islámicas. Esa época ya terminó. No hay virtud ni mérito para el hijo de la mujer blanca por sobre el hijo de la mujer negra, excepto su probidad y corrección, o sus buenas acciones” (Registrado por Ahmad 4:145.)
-
Fue reportado que Abu Dharr, al oír el comentario del Profeta (
s ) puso su cabeza en el suelo en señal de humildad para que el esclavo se acercase y
le pisara la cabeza con el pie, como manera de purificar su mala acción, aunque el Profeta
(
s ) no le había ordenado hacerlo. Abu Dharr quería disciplinarse humillándose de esta
manera para así no volver a repetir tal pecado en el futuro.
Todas las personas en el Islam tienen exactamente la misma obligación de realizar diversos ritos de adoración, y están reprobadas
tanto las mezquindades como los excesos en la práctica ritual de la religión. Los ricos
y los pobres, el gobernante y el ciudadano, el blanco y el negro, el de muchos recursos
y el de pocos recursos, todos son iguales como seres humanos ante Dios:
más noble es el más correcto, el más sincero y firme, en la adoración como en las buenas acciones. Tal como declaró el Profeta s “Dios no mira sus cuerpos ni sus colores sino sus actos y sus corazones (es decir, mira las acciones internas y externas y la sinceridad)” (Registrado por Muslim)
- Todos los mandamientos de obligación y prohibición son aplicables a todos sin distinción
de clase, posición social o raza. Dios nos dice en el Sagrado Corán:
Quien obre rectamente, lo hará en beneficio propio, y quien obre el mal, lo hará en contra de sí mismo. Tu Señor [¡Oh, Muhámmad!]
no es injusto con Sus siervos
(41:46)
La diferencia entre los individuos ante los Ojos de Dios se basa en sus niveles de conciencia, piedad y cumplimiento de los Mandamientos.
Dios nos dice lo siguiente en el Sagrado Corán: Oh, humanos! Os hemos creado a partir de un hombre y una mujer, y os congregamos en pueblos y tribus para que os conozcáis unos a otros. En verdad, el más honrado de vosotros ante Dios es el más piadoso. Ciertamente Dios es Omnisciente y está bien informado de lo que hacéis (49:13)
Nadie tiene el derecho al monopolio, al abuso en su exclusivo interés de los recursos nacionales o planetarios. Todos los miembros de la nación tiene derecho a beneficiarse de los recursos nacionales, cada uno según sus derechos y obligaciones justas y equitativas. Sin embargo, no serán iguales en términos del trabajo y el beneficio que presentan para el bien público. El gobierno islámico debe ejercer su poder para asegurar oportunidades de empleo para sus miembros y organizar la utilización de los recursos naturales.
El Islam declara a todas las personas iguales en términos de valores humanos pero todo individuo es recompensado según lo que presente a su sociedad y comunidad. La única distinción entre las personas está en el servicio que ofrecen. Por ejemplo, no considera a una persona que trabaja arduamente y a un haragán de igual manera en términos de paga y recompensa financiera. Dios dice lo siguiente en el Sagrado Corán: Cada uno será retribuido conforme a lo que hizo; y tu Señor no está desatento a lo que hacen (6:132)